Se deben tomar medidas contundentes para aumentar la inversión en los ODS y reformar el sistema financiero mundial
NACIONES UNIDAS, 9 de abril de 2024 – Un nuevo informe de las Naciones Unidas señala que los retos de financiación son el núcleo de la crisis mundial de desarrollo sostenible, ya que la enorme carga de la deuda y los elevadísimos costes por préstamos impiden que los países en vías de desarrollo respondan a la confluencia de crisis a la que se enfrentan. La única manera de salvar los Objetivos de Desarrollo Sostenible es mediante una inyección masiva de financiación y una reforma de la arquitectura financiera internacional.
El Informe de Financiamiento para el Desarrollo Sostenible 2024: la Financiación para el Desarrollo en una Encrucijada (FSDR 2024) afirma que se deben tomar medidas urgentes para obtener financiación a gran escala con el fin de reducir el déficit de financiación para el desarrollo, que ahora se estima en 4,2 billones de dólares anuales, frente a los 2,5 billones de dólares que se necesitaban antes de la pandemia de la COVID-19. Mientras tanto, el aumento de las tensiones geopolíticas, los desastres climáticos y la crisis mundial del coste de la vida han afectado a miles de millones de personas, lo que ha obstaculizado el progreso en materia de sanidad, educación y otros objetivos de desarrollo.
«Este informe es una prueba más de lo mucho que nos queda por hacer y de lo rápido que debemos actuar para cumplir con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible», ha declarado la vicesecretaria general de las Naciones Unidas, Amina J. Mohammed. «Estamos en una verdadera encrucijada y el tiempo se acaba. Los líderes deben dejar la retórica y cumplir sus promesas. No se podrán cumplir los objetivos para el 2030 si no se cuenta con la financiación adecuada».
A tan solo seis años de cumplir los ODS, los avances en materia de desarrollo conseguidos con tanto esfuerzo están retrocediendo, sobre todo en los países más pobres. Si se mantiene la tendencia actual, la ONU estima que para 2030 y en años posteriores casi 600 millones de personas seguirán viviendo en situación de pobreza extrema, más de la mitad de ellas mujeres.
«Vivimos una crisis de desarrollo sostenible que se ha visto exacerbada por la desigualdad, la inflación, la deuda, los conflictos y los desastres climáticos», declaró Li Junhua, secretario general adjunto de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas. «Se necesitan recursos para afrontarla, y el dinero está ahí. Cada año se pierden miles de millones de dólares debido al fraude y la evasión fiscal, y se siguen concediendo subvenciones multimillonarias a los combustibles fósiles. No es que falte dinero en el mundo, sino voluntad y compromiso».
Según el informe, la carga de la deuda y el aumento de los costes por préstamos contribuyen en gran medida a la crisis. Se calcula que en los países menos adelantados el servicio de la deuda ascenderá a 40 000 millones de dólares anuales en el período entre 2023 y 2025, lo que supone un aumento de más del 50 % respecto a los 26 000 millones de 2022. Los desastres vinculados al clima, cada vez más intensos y frecuentes, son responsables de más de la mitad del aumento de la deuda en los países más vulnerables. Los países más pobres destinan ahora el 12 % de sus ingresos al pago de intereses, cuatro veces más que hace una década. Aproximadamente el 40 % de la población mundial vive en países donde los gobiernos gastan más en el pago de intereses que en educación o sanidad.
Mientras que la inversión en los sectores comprometidos con los ODS creció de forma constante a principios de la década de los 2000, las principales fuentes de financiación para el desarrollo se están ahora ralentizando. Por ejemplo, el crecimiento del ingreso nacional lleva estancado desde 2010, especialmente en los PMA y otros países de renta baja, en parte debido al fraude y la evasión fiscal. Los tipos impositivos del impuesto sobre la renta de las sociedades están descendiendo, con un descenso del promedio mundial del 28,2 % en 2000 al 21,1 % en 2023, debido a la globalización y a la competencia fiscal.
A su vez, no se está cumpliendo con el objetivo de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) de la OCDE ni con los compromisos de financiación climática. Aunque la AOD alcanzó su máximo histórico en 2022, llegando a un total de 211 000 millones de dólares ―frente a los 185 900 millones de 2021―, este aumento se debe principalmente al incremento de los gastos destinados a acoger personas refugiadas en los países donantes, y la cantidad total es insuficiente para alcanzar objetivos de desarrollo. Únicamente cuatro países cumplieron el objetivo de ayuda fijado por las Naciones Unidas del 0,7 % del INB en 2022.
El informe concluye que el sistema financiero internacional, creado en la Conferencia de Bretton Woods de 1944, ya no es adecuado. Asimismo, propone un nuevo sistema más coherente y mejor equipado para hacer frente a las crisis, aumentar la inversión en los ODS, especialmente a través de bancos multilaterales de desarrollo más sólidos, y mejorar la red de seguridad mundial para todos los países.
El informe hace referencia a la Cumbre del Futuro de las Naciones Unidas, que se celebrará en septiembre de 2024, y señala que se trata de la oportunidad perfecta para cambiar de rumbo. Además, señala la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo (FfD4), que se celebrará en junio de 2025, como el evento decisivo para que los países se comprometan a reducir el déficit de financiación para el desarrollo y a invertir en la consecución de los ODS.
La FfD4 es la oportunidad perfecta para que los países:
- Reduzcan la falta de credibilidad y restablezcan la confianza en el multilateralismo.
- Reduzcan el déficit de financiación e inversión, a gran escala y con urgencia.
- Reformen y modernicen la anticuada arquitectura financiera internacional y ajusten las reglas financieras, comerciales y de inversión internacionales.
- Formulen y financien nuevas vías de desarrollo para cumplir los ODS y garantizar que nadie se quede atrás.
«Sin cooperación internacional, financiación dirigida y, sobre todo, voluntad política, el mundo no alcanzará los ODS», ha afirmado la vicesecretaria general Mohammed. «El tiempo corre. Tenemos hasta la Conferencia FfD4 del año que viene para reformar de manera integral la arquitectura financiera, una oportunidad única en 80 años, y la última para corregir el rumbo antes de 2030. Nadie que tenga la capacidad de actuar y no lo haga será recordado con benevolencia, no mientras el planeta y sus habitantes se quedan sin tiempo».
- FIN -
Notas para el editor:
- El Informe de Financiamiento para el Desarrollo Sostenible 2024: la Financiación para el Desarrollo en una Encrucijada es el resultado de la labor conjunta del Grupo de Trabajo Interinstitucional sobre Financiamiento para el Desarrollo, integrado por más de 60 organismos de las Naciones Unidas y organizaciones internacionales. La Oficina de Financiación para el Desarrollo Sostenible del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas actúa como revisor esencial y coordinador del Grupo de Trabajo, en estrecha colaboración con el Grupo del Banco Mundial, el FMI, la Organización Mundial del Comercio, la UNCTAD, el PNUD y la ONUDI. El Grupo de Trabajo recibió el mandato de la Agenda de Acción de Addis Abeba y está presidido por Li Junhua, secretario general adjunto de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas. La copia íntegra del informe estará disponible en https://financing.desa.un.org/fsdr2024 el 9 de abril de 2024.
- El informe constituye la base de los debates del Foro del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) sobre la Financiación para el Desarrollo, donde los Estados miembros debaten las medidas necesarias para movilizar recursos financieros sostenibles. Ya se están llevando a cabo negociaciones basadas en el informe. El informe también sirve de base para la Feria de Inversiones en los ODS, una plataforma que reúne a funcionarios gubernamentales e inversores en busca de oportunidades de inversión sostenible que contribuyan a la consecución de los ODS. También servirá de base para los debates de la Cumbre del Futuro de las Naciones Unidas, que se celebrará en septiembre de 2024.
- El informe abarca, entre otros, diversos aspectos del contexto económico mundial, la deuda, los impuestos, la cooperación internacional para el desarrollo, el comercio, las empresas del sector privado y las finanzas, la tecnología y la gobernanza mundial.
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